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El escudo, que adorna los edificios de toda la ciudad, representa un árbol, una campana, un petirrojo y un salmón. Cada uno de estos iconos representa un famoso milagro de San Mungo, explica Patricia Barton, profesora del departamento de Historia de la Universidad de Strathclyde Glasgow.
Cuando unos estudiantes del monasterio de San Serf mataron accidentalmente a un petirrojo y culparon a Mungo, el niño sostuvo el pájaro, rezó y lo devolvió al cielo. En otra historia, Mungo se quedó dormido mientras custodiaba el fuego sagrado del monasterio, se despertó y lo encontró apagado, por lo que arrancó ramas de un árbol y rezó hasta que prendieron fuego.
La imagen de un salmón mordiendo un anillo de oro está relacionada con el rey de Strathclyde, que regaló a su esposa esta joya, dice Barton. Cuando el rey vio que un caballero llevaba el anillo de la reina, se puso celoso, lo robó, lo arrojó a un río y exigió a su esposa que lo recuperara. Desesperada, la reina pidió ayuda a Mungo, que sacó un pez del río y lo abrió para revelar el anillo perdido.
La campana, por su parte, representa una que Mungo trajo a Glasgow desde Roma, explica Barton. «Se decía que era milagrosa», explica. «Si uno rezaba mientras sonaba durante los oficios, San Kentigern intercedería».
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Tras la pista de San Mungo
Los turistas pueden conocer estas maravillosas historias siguiendo la Ruta del Patrimonio de San Mungo, una guía en línea creada por el Ayuntamiento de Glasgow. Aunque la ruta no incluye el Hospital de San Mungo para Enfermedades y Lesiones Mágicas, el ficticio centro para tratar a los magos de los libros de Harry Potter, sí visita Culross y Traprain Law, una colina de 220 metros de altura donde en 1919 se encontró el mayor tesoro romano de plata procedente de cualquier lugar fuera del Imperio Romano. También atraviesa el centro de Glasgow y pasa por delante de dos murales de San Mungo, ambos de más de 10 metros de altura y exquisitamente detallados, que cubren los laterales de los edificios de High Street.
A pocos minutos a pie en dirección norte se encuentra el Museo de Arte y Vida Religiosa de San Mungo. Este edificio de piedra desgastada por el tiempo alberga exposiciones que ponen de relieve las múltiples formas en que las distintas religiones conforman las culturas locales.